Diseño de futuros
Diálogo con Karla Paniagua
Antropóloga, doctora en estudios transdisciplinarios de la cultura y la comunicación. Directora del programa Estudios del Mañana en CENTRO, editora de revistas científicas, conferencista, autora de libros, artículos y materiales didácticos.
P: ¿Por qué diseñar el futuro?
Para responder esta pregunta creo que tenemos que dar un paso atrás y preguntarnos qué significa diseñar. Al menos para la acepción que a mí me gustaría usar en este contexto, diseñar es tomar decisiones estratégicas. Estas decisiones estratégicas importan porque impactan más allá de nuestras personas y de nuestro tiempo, y si no decidimos, de todas formas estamos incidiendo en lo que pasa.
Los seres humanos formamos parte de una red interpersonal sumamente compleja, cuyos alcances no alcanzamos a comprender. Por tanto, nuestras decisiones, incluso aquellas que consideramos mundanas, influyen en lo que pasa en el mundo como un efecto mariposa. Seamos o no conscientes de ello, de todas formas influimos en lo que pasa. A veces las decisiones de cada día, impactan sobre todo de manera negativa en los demás seres humanos, seres vivos y demás entidades que habitan por lo pronto nuestro planeta. El no pensarnos como una red interconectada y el no pensar estratégicamente nuestras decisiones nos tiene sumidos en el desmadre en el que estamos hoy por hoy: nadando en microplásticos, con problemas de agua, contaminación, con grandes brechas sociales y tecnológicas.
Para responder la pregunta de porqué es importante diseñar el futuro, dí un un rodeo explicando qué es lo que pasa si no lo haces. Y al decidir no hacerlo de todos modos estás incidiendo en lo que pasa, muchas veces de manera negativa.
El diseño de futuros implica que estás utilizando los estudios de futuros y herramientas de diseño para facilitar una inmersión o la comunicación de un resultado. Desde mi experiencia, el diseño de futuros es un vehículo que facilita la alfabetización de los futuros. Cuando la gente ve algo que está presentado de forma agradable, visualmente o sonoramente bien resuelto, puede tener una inmersión mucho más sencilla al proceso. Los procesos prospectivos casi siempre son procesos que implican inteligencia e imaginación colectiva y los elementos de diseño ayudan a que las dinámicas se vuelvan más fluidas.
P: ¿Cómo se diseña el futuro y quién lo diseña?
Como campo de conocimiento, los estudios de futuro se ocupan del cambio, por tanto, algunas herramientas tienen como objetivo monitorear el cambio, otras analizarlo, y otras provocarlo. Hay un conjunto de métodos muy extenso para estos propósitos, tan sólo en el catálogo de The Millennium Project y en la base de datos de la Association of Professional Futurists (APF) hay cerca de 50 herramientas que se pueden consultar.
¿Y cómo se hace? Depende de a quién le preguntes. Joseph Boros, el prospectivista australiano diría que un proceso genérico para hacer futuros comprende cuatro etapas: inputs, análisis prospectivo, outputs y estrategia.
Si bien todas las personas incidimos en las cosas que pasan, no todos tenemos la misma capacidad de agencia e incidencia. A mi sirve mucho representarlo con el modelo de cuadrantes de Eden y Ackerman, que dividen a los actores de un sistema en función de su interés y su poder, en donde el poder puede ser resultado de diferentes capitales, del capital social, financiero, enciclopédico, etcétera. Hay cuatro posiciones móviles que podemos ocupar en un sistema: jugadores, sujetos, fijadores del contexto y multitud. Este modelo nos enseña que todos somos iguales, pero unos somos más iguales que otros, y parte del trabajo de los profesionales de los futuros es contribuir a un acceso más democrático a la capacidad de agencia para provocar el cambio.
Después viene la pregunta sobre la dirección deseable del cambio, y es difícil, porque no tenemos una idea común acerca del futuro que queremos construir. El futuro siempre se establece en función de grupos de interés, y puede ser que lo que es un futuro deseable para tu grupo de interés no es el futuro deseable para mi grupo de interés. Tu utopía podría ser mi distopía, y eso hace profundamente difícil que nos pongamos de acuerdo. Aunque es complicado establecer una visión común en torno al futuro más deseable, sí tenemos que hacer todas las contribuciones posibles para que todos estemos en las mismas posibilidades de perseguir los futuros que consideremos.
¿Cuál es tu póker de habilidades para el futuro? Karla Paniagua en TEDxPaseoSantaLucía. Cortesía Karla Paniagua.
P: ¿Cuál es el futuro del diseño?
La verdad es que no me siento autorizada para hablar de los futuros del diseño como disciplina. Es un sistema demasiado complejo que no se puede reducir a un sistema unificado, y creo que hay muchos diseños y muchas expresiones de los diseños como disciplina y como práctica profesional.
Si hablamos del diseño como capacidad de agencia, el escenario más deseable tiene que ver con que todas las personas, sin importar su credo, etnia, condición social o estilo de vida, tengan la capacidad de tomar decisiones acerca de aquel futuro que consideran el más deseable para sí mismos. Y también más allá de sí mismos, porque no somos islas y tenemos que poner en el centro al planeta, a nuestros congéneres y las demás entidades que habitan la tierra. No lo digo por romántica, lo digo por pragmática, porque no somos plantas que con agua y sol producimos nuestros propios alimentos. Entonces lo deseable para mí, no es solamente tener un acceso democrático al pensamiento de futuros, sino que las visiones sobre el escenario más deseable del futuro puedan convocar la voluntad común para construirlo.
Creo que estamos en un momento de “sálvese quien pueda” y que toca hacer trabajo hormiga en esfuerzos muy a ras de piso, a nivel de pequeñas comunidades, vecindades y grupos autónomos que puedan tomar acuerdos y avancen concertando visiones en común. Mi trabajo de todos los días tiene que ver con formar profesionales de los estudios de futuros, para que de alguna manera propicien la alfabetización de los futuros y faciliten el acceso democrático a estas herramientas. Dirijo un posgrado especializado en la materia que existe desde hace diez años, la educación es mi trinchera. Lo veo no sólo como un servicio que empieza y termina con el programa, sino, como una gestión de comunidades de aprendizaje. Estas comunidades están allá afuera y aunque quizás todavía no trabajan como una red consolidada, sí trabajan de manera colaborativa para contribuir a que el pensamiento de futuros se vuelva de uso un poco más común. Suele decir al respecto de esto un colega, quien yo considero además mi profesor, Jorge Camacho, que de lo que se trata es de hacer de los futuros un tema de conversación y esa es una forma de empezar.